sábado, 12 de mayo de 2012

Herejías en La Habana

I
El vacío de la elegancia es pésimo emisor
En la coordenada de las palmeras
Donde con premura el erotismo desmesurado
Hace gemir a la Virgen que vaga por sus amores
En las asoleadas tardes bananeras
Amaneceres de otro mundo
Esperan al solitario.

Porque el Hemisferio Norte es patrimonio del espacio
Cuando existen lugares donde se cortan los frenos
Y se pelan los cables de los corazones rotos
Que buscan el amor dentro de un Mojito
¡Ay de los angelitos cuando Dios se entere!
¡Ay del Demonio cuando se tape los ojos!

Porque la bestia interna de cada hombre
Repercute en el deseo oxidado de este entorno
Y el calor consume los sesos inquilinos
Y las hojas de Hierbabuena son porristas en un trago
Y me animan a beber a destajo ¡Viva Chile!
Gritaban en La Habana, las abnegadas macumberas
Las obreras cubanas.


II
Me contaron por ahí en Cuba
Que el Diablo metió la cola
Una calurosa tarde en La Habana
Cuando el ron lo hizo llorar
Como damisela despechada.

Dicen las malas lenguas
 (Porque me contaron por ahí)
Que corrió al Malecón para lanzarse
Porque estaba aburrido
De ser tan buena onda.

¡Pobre Cola de Flecha,
si le partieron el corazón con una!
¡La media estocada!
 (Y fíjese nomas comadre)
Que era tan re fea la cubana
Así como esas que le gustan al Diablo
Que aparte de malo
¡Ahora es un loquillo!

III
Ni en Roma he visto tanto pretor
Tanto cuestor, ni emperador
San Lázaro, el rey de la muerte
Corona los templos sacrosantos del Ron
Y las casitas de artesanos, artistas
Y otros seres del patrimonio del espacio.

Yo no aterricé en Cuba
Fue La Habana que aterrizó en mí
Y ahora toma vuelo para el despegue
Porque la desconexión es totalitaria
Pero infinitamente provechosa
En estos tiempos de maldad
Donde todos creen que son mala onda
¿Pura buena onda?

IV
Pulcritudes desechadas en la historia
Son la mayor belleza de esta mujer
¿Meretriz del capital? ¡NUNCA!
Indomable y risueña
Humilde y eficaz en mis sueños
Así es la Vieja Habana…
Una mujer gorda, que encandila
Que enloquece con su salsa
Y nos vuelve cuerdos tanto ron.

La Habana es demasiada mujer
Para tanto proxeneta sin vida
Tratando de seducir
A la madre de todas las bellezas
Que aunque esté como una abuela
Sus casas viejas y olvidadas
Sigue siendo la Papisa
De la Iglesia de las Pasiones Simples
Y no me refiero a eso mismo,
Sino a todo lo demás…
Quizás al sexo, a la Gran Habana.